domingo, 7 de julio de 2024

AULA INVERTIDA Y APRENDIZAJE AUTÓNOMO ¿UN MATRIMONIO FELIZ?

 

Foto: propia

AULA INVERTIDA Y APRENDIZAJE AUTÓNOMO

¿UN MATRIMONIO FELIZ?

(Primera parte)

Héctor Viale Tudela

Es bueno que nuestros estudiantes sean autorregulados y autónomos en su aprendizaje. Esto los llevará a un mejor desempeño académico tanto en la escuela como en la universidad y, además, más adelante, se reflejará positivamente en el mundo laboral. Pero ¿cuál es la mejor manera de conseguir esto?

Les presento una de las tantas maneras de hacerlo. Seguramente, muchos de ustedes conocen o han escuchado hablar de la metodología del aula invertida (conocida, también, como Flipped Classroom). Creo que es momento de preguntarnos si es que, efectivamente, el aula invertida desarrolla o potencia el aprendizaje autónomo del estudiante en un proceso en el que parte del sistema de enseñanza aprendizaje se desarrolla fuera del aula haciendo uso de la tecnología.

El concepto de aula invertida no es nuevo, existe desde la última década del siglo pasado (ejemplo del método de casos de Harvard), pero fueron los profesores Aaron Sams y Jonathan Bergmann quienes el año 2007 la popularizaron (recordemos que el primer video de Youtube apareció en el año 2005). Estos profesores tenían alumnos que para llegar a la escuela debían viajar varias horas y en varias oportunidades faltaban a clases. Estos profesores decidieron grabar sus clases y los videos se los enviaban a sus alumnos para que puedan estudiar de estos. Luego, generalizaron el envío a todos los alumnos para que puedan revisarlos antes de la sesión de clases.

¿En qué consiste la estrategia del aula invertida?

Cuando yo estudié en la universidad (y seguramente cuando varios de ustedes lo hicieron), el profesor hacía la teoría en la clase, nosotros tomábamos apuntes de esa teoría y, luego, íbamos a la casa o a la biblioteca (a veces en grupo, a veces solos) para buscar casos, ejercicios y problemas para resolver. Con la metodología del aula invertida, esto ya no es así; se invierte. El estudiante, antes de ir a clases, debe estudiar la teoría por su propia cuenta (desarrolla, según la taxonomía de Bloom, los procesos cognitivos de orden inferior) y, luego, en el salón de clases desarrolla los procesos cognitivos de orden superior como resolver casos, problemas y ejercicios con el resto de sus compañeros guiados por el profesor.

Esta metodología permite que el estudiante estudie por su propia cuenta (de manera independiente) el tema que se desarrollará en la clase. Y esto se puede hacer sin ayuda de la tecnología o con ayuda de ella. La gran ventaja de contar con la tecnología es que, entre otras cosas, desarrolla las competencias digitales del estudiante y, si utilizamos la tecnología, será más fácil que el estudiante acceda a los materiales: videos, material multimedia, enlaces a páginas Web, hojas en Excel, hojas en Word, etc.

Actualmente, en la universidad, estoy investigando la relación entre la metodología del aula invertida y el aprendizaje autónomo. Estamos recopilando data de varios años para tratar de probar lo que el año pasado presenté como hallazgo en el Congreso Internacional de Educadores.

Apenas termine la investigación compartiré con ustedes los resultados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario